martes, 11 de septiembre de 2007

Viajes y visitas. Verano 2007


Una mirada es algo sin forma, fondo ni momento predecible. Puede producirse de forma instantánea, casi inconsciente o devenir en paciente coquetería en el tiempo, esperando ser apreciada y hasta embellecida.
De una mirada se diría que tiene vida propia y aun siendo entes casi distintos existe una estrecha relación entre mirada y mirador (que no miradero). En esa relación se produce la magia y de esa magia resultan “vistas” o visiones como intentos de fijar esas miradas en el lugar y momento de ser compartidos.
Esa es mi intención con estas vistas que publico e iré publicando. Felices miradas!
Jesús.


TOLEDO












































4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustan los colores pastel que tienen las imágenes de la catedral esa. Y el aire que casi puede olerse en las fotos diurnas.
Y esa bola, que es como una persona pero de piedra, una presencia constante que mira año tras año y siglo tras siglo las personas que pasan por ese lugar.
Y esas luces, cada casa una estrella...

Si, las miradas también tienen vida propia. Como los lugares, las palabras. Todo está muy vivo. En estas fotos se huele eso: vida.

jose fá dijo...

todo lo que de la mirada dices lo comparto

y aquí, comparto lo que tu mirada fue, acercando mi vista y mi atención a estas imágenes que fueron (aunque siguen siendo) tuyas.

gracias!

un abrazo

Admin. dijo...

Gracias Mari. Sí, si algo debe transmitir la imagen de una mirada, es vida.
Besos :-)

Siguen siendo... Jo, gracias a tí por todo lo que compartes.
Otro abrazo

Mari dijo...

Releyendo tus textos, después de que maceraron adentro.

Miradas sobre los paisajes y sobre las personas actúan recreándolas (los paisajes "se dejan", las personas a veces también)